La herramienta permite, por tanto, la elaboración de mapas de sensibilidad en el ámbito nacional (península e islas) que identifican las áreas con mayor riesgo potencial de colisión, lo que facilita la toma de decisiones más eficientes y sostenibles en las fases de planificación y desarrollo de nuevas líneas eléctricas, además de priorizar las actuaciones correctoras en las líneas existentes.
La información generada se comparte con los departamentos y consejerías con competencias en la conservación de la biodiversidad de las 17 comunidades autónomas españolas, así como con organismos de investigación y organizaciones ambientales. En este sentido, servirá de marco de referencia común para la evaluación ambiental de los proyectos, y favorecerá la transparencia de los procesos de información pública y consultas a los grupos de interés en la tramitación de las instalaciones eléctricas.