Preguntas frecuentes

Preguntas frecuentes

El compromiso y la responsabilidad de Red Eléctrica también alcanza a la divulgación del funcionamiento del sistema eléctrico y la integración de todos los sectores, especialmente la sociedad, para que sean conocedores de la importancia del desarrollo de la red de transporte eléctrico, la motivación de los proyectos y su configuración. Contar con la sociedad a través del diálogo y el consenso, y facilitar un mayor conocimiento de todo lo relacionado con el sistema eléctrico es un pilar fundamental para hacer posible la transición energética, porque una sociedad bien informada tiene más capacidad para elegir un modelo energético sostenible, desarrollarlo y mantenerlo en el futuro.

De acuerdo con el procedimiento reglado de tramitación de los proyectos de desarrollo de la red de transporte de energía eléctrica, todos los procesos de este procedimiento son trasladados a las administraciones públicas y organismos interesados para las correspondientes consultas previas, establecimiento de condicionados y periodos de alegaciones, por lo que, tanto en las áreas de Energía de las delegaciones del Gobierno o de las comunidades autónomas, según el caso, como en los ayuntamientos, los ciudadanos pueden tener acceso a la documentación técnica y ambiental de los proyectos.

Hoy día, cada vez son más las administraciones que disponen de tablón electrónico que permite el acceso a la documentación vía telemática.

Red Eléctrica construye los proyectos de desarrollo de la red de transporte eléctrico de acuerdo con lo recogido en la planificación eléctrica que aprueba la Administración General del Estado y con la legislación vigente.

Pero, además, Red Eléctrica tiene la vocación de ampliar los canales de comunicación con la sociedad, especialmente con sus grupos de interés, para el mejor conocimiento de los proyectos y la inclusión en los mismos de las consideraciones que nos trasladen, siempre que sea técnica y ambientalmente posible, con la pretensión de cocrear valor compartido en los territorios en los que esos proyectos se lleven a cabo.

Con este objetivo, Red Eléctrica mantiene un diálogo fluido con las administraciones autonómicas y locales para integrar las instalaciones en el territorio con el mayor consenso posible y alcanzar el equilibrio entre los intereses ambientales, sociales y económicos.

Toda la información del proyecto es trasladada a las diferentes administraciones públicas en cada momento de la tramitación, incluidos los ayuntamientos de los municipios afectados por el proyecto.

Además, en el proceso de tramitación y cuando la construcción del proyecto implica la afección a bienes públicos o privados, es necesario, y así lo hace Red Eléctrica como promotor de la instalación, solicitar el reconocimiento de utilidad pública (Art 56 de la Ley 24/2013), es decir, el reconocimiento de esa instalación como servicio de interés general a los efectos de expropiación forzosa de bienes y derechos necesarios para la ocupación de esos terrenos.

Para ello, con el proyecto de construcción se incluye una relación concreta e individualizada de todos los bienes afectados, que se somete a información pública a través de su publicación en los boletines oficiales y tablones de edictos de los ayuntamientos correspondientes para que todos los interesados estén informados y puedan manifestarse al respecto, si así lo consideran oportuno.

De forma paralela a lo que establece la reglamentación, Red Eléctrica intenta alcanzar acuerdos amistosos con los titulares de estos bienes y derechos y, para ello, contacta con todos y cada uno de los propietarios para explicarles, de forma detallada, las afecciones que conlleva la instalación y su valoración. En la gran mayoría de los casos, se logran estos acuerdos amistosos.

Las infraestructuras eléctricas son fundamentales en la sociedad del siglo XXI, caracterizada por un creciente proceso de electrificación, y son el elemento esencial para desarrollar la transición energética hacia una economía descarbonizada.

Las líneas y subestaciones que forman la red de transporte hacen posible que la electricidad sea accesible a la población, que normalmente está alejada de los centros de generación, proporcionando a la comunidad un suministro eléctrico seguro, eficiente y de calidad.

Las directrices de las nuevas políticas energéticas dirigidas hacia la lucha contra el cambio climático y a la integración masiva de las energías renovables exigen aún más el desarrollo de la red de transporte eléctrico para que pueda conectar todos los puntos de esta generación eléctrica limpia y llevarla hasta los puntos de distribución.

Para alcanzar los nuevos objetivos energéticos es necesario contar con redes de transporte eléctrico aún más robustas, interconectadas e inteligentes, que permitan la integración masiva, eficiente y segura de las energías renovables en el sistema eléctrico.

El desarrollo de la red de transporte de energía eléctrica conlleva siempre beneficios para la sociedad y, en consecuencia, para la economía, ya sea de forma directa o indirecta.

La motivación de las nuevas instalaciones puede ser muy diversa, como dar viabilidad al desarrollo de nuevas instalaciones de energías renovables, proporcionar alimentación eléctrica al AVE, posibilitar el desarrollo urbanístico o de polígonos industriales, interconectar sistemas eléctricos para dotarlos de mayor seguridad, reforzar la calidad del suministro eléctrico o mejorar la eficiencia del sistema eléctrico, entre otras. Cubrir estas necesidades energéticas deriva en beneficios sociales y económicos.

El esfuerzo inversor de Red Eléctrica de España en la red de transporte tiene un efecto beneficioso para la sociedad dado su efecto dinamizador de la actividad económica del país; al incentivar la inversión, se genera un incremento de la riqueza (medidas a través del PIB) y, como consecuencia, se promueve el empleo. Todo ello, teniendo en cuenta no solo la inversión directa realizada, sino también la mayor actividad que se produce en torno a cualquier proyecto económico.

Red Eléctrica realiza un riguroso estudio del terreno por donde va a construir sus infraestructuras eléctricas teniendo en cuenta que los principales efectos ambientales de los proyectos están relacionados con el territorio, el paisaje y la fauna por donde transcurren las líneas eléctricas, y para ello se reúne con las administraciones públicas y grupos de interés y tiene en cuenta sus propuestas con el objetivo de definir y consensuar los emplazamientos de todas las instalaciones para que tengan el menor impacto posible sobre el medio.

El diseño de nuevos corredores y emplazamientos se realiza atendiendo a los condicionantes presentes en el territorio, evitando los previsibles efectos sobre el medio antes de que se produzcan. Para ello, se realiza un estudio exhaustivo del entorno y de sus valores ambientales para obtener un mapa de acogida territorial para las nuevas instalaciones de la red de transporte.

En ese sentido, y en el momento en el que se determina la solución de menor impacto ambiental, se aplica una serie de medidas preventivas y correctoras y se realiza un seguimiento detallado de los trabajos de construcción y mantenimiento con estrictos criterios ambientales, con el objetivo de atenuar posibles efectos potenciales y para que los impactos residuales resultantes sean compatibles o no significativos.

Red Eléctrica está firmemente comprometida con el medio ambiente y la conservación de la biodiversidad, especialmente con las zonas protegidas, en aquellas zonas donde desarrolla su actividad. Un compromiso que se muestra en toda la vida útil de sus instalaciones, desde la fase de diseño hasta las de construcción y mantenimiento.

En el marco de la evaluación ambiental del proyecto, se definen todas las alternativas viables desde el punto de vista técnico, económico y ambiental. Siempre que es posible, estas alternativas no afectan a áreas ambientalmente protegidas.

En los casos en los que los nuevos proyectos discurren inevitablemente por esas zonas ambientalmente protegidas, porque no existe otra opción viable, se definen las oportunas medidas preventivas y correctoras y, en su caso, compensatorias, para minimizar ese potencial impacto. Todas las medidas vienen recogidas en el estudio de impacto ambiental y son confirmadas y, en su caso, completadas por la declaración de impacto ambiental que elabora el órgano competente y son de obligado cumplimiento. Además, Red Eléctrica realiza la supervisión ambiental durante toda la vida útil de las instalaciones para garantizar que estas medidas se cumplen y son efectivas.

Las líneas eléctricas discurren en muchas ocasiones por terrenos forestales. Por ese motivo, Red Eléctrica cuenta con una política específica de gestión forestal por la que estas infraestructuras van acompañadas de calles de seguridad de tratamiento de la vegetación, con unas medidas y distancias reglamentadas entre la vegetación y la instalación para evitar cualquier incidencia de la masa forestal en los diferentes elementos de la línea que pudiera ocasionar un incendio forestal o algún tipo de incidencia en el suministro eléctrico.

Estas calles hacen también las funciones de cortafuegos en las zonas de mayor densidad forestal y, en muchos casos, forman verdaderos corredores ecológicos para la fauna local.

Red Eléctrica realiza inspecciones periódicas de todas las instalaciones y diseña y desarrolla programas anuales de talas para el correcto mantenimiento de estas calles, que son autorizados por las administraciones de las comunidades autónomas correspondientes. Además, en aquellos casos más sensibles, realiza estudios avanzados de la vegetación mediante datos obtenidos con vuelos LIDAR (Light Detection and Ranging).

El Real Decreto 223/2008, de 15 de febrero, por el que se aprueba el Reglamento sobre condiciones técnicas y garantías de seguridad en líneas eléctricas de alta tensión, establece en sus instrucciones técnicas ITC-LAT 6, 7 y 8 las distancias mínimas de seguridad exigidas según sean las líneas subterráneas con cables aislados, o aéreas con conductores desnudos o aislados, respectivamente.

Para las líneas eléctricas aéreas, y conforme a lo establecido en el RD 1955/2000 de 1 de diciembre, la distancia mínima a viviendas o instalaciones industriales será la resultante del establecimiento de la servidumbre de vuelo, definida como el área proyectada sobre el terreno de los cables sometidos a la acción de un viento de 140 km/h, incrementada en la distancia de seguridad, la cual varía en función de la tensión de la línea, con un mínimo de 5 metros.

La ITC-LAT 7 del Real Decreto 223/2008 establece las distancias mínimas de seguridad de los cables, definidas por la tensión de la línea y la tipología de los objetos que hay debajo de ellos. Por lo tanto, la altura de los apoyos de las líneas eléctricas depende directamente de la altura de dichos cables, así como de otras características de la línea como el número de circuitos y su disposición, y si lleva o no cable de tierra.

Además, la altura de los apoyos también se adapta al estudio detallado de la interacción de la línea con la vegetación, especialmente cuando esta es declarada compatible con la línea.

Las líneas eléctricas generan campos electromagnéticos de una frecuencia extremadamente baja (50 Hz). El campo electromagnético de los tendidos en alta tensión es menor que el de electrodomésticos de uso común como la televisión, el móvil o el microondas.

Los niveles que generan las instalaciones de transporte eléctrico se mantienen por debajo de los recomendados por el Consejo de la Unión Europea gracias a las medidas preventivas que se aplican en el diseño de las mismas.

Sobre los posibles efectos ocasionados en la salud por la exposición a campos eléctricos y magnéticos, de frecuencia industrial, generados por las instalaciones eléctricas de alta tensión, actualmente la comunidad científica internacional está de acuerdo en que no hay evidencias de que dichas instalaciones supongan un riesgo para la salud pública.

El Plan de Desarrollo de la Red de Transporte de Energía Eléctrica detalla todos los proyectos de infraestructuras eléctricas que se tienen que construir en un horizonte de seis años y determina las características técnicas básicas de cada uno de ellos, entre otras, si la configuración de una línea eléctrica debe ser en aéreo o subterránea.

El proyecto de una línea eléctrica contempla siempre la solución técnico-ambiental más adecuada para cada caso y para cada entorno. Por ello, en algunas ocasiones, la solución técnica más apropiada es la de construir una línea subterránea, como puede ocurrir en zonas urbanas o industriales.

Se utilizan diferentes técnicas para las líneas subterráneas. Las enterradas en zanja, cuyos cables se instalan dentro de unos tubos de polietileno alojados en una cámara de hormigón, y las que discurren dentro de una galería.

Esta segunda opción precisa de la construcción de puntos de acceso por donde introducir la maquinaria, lo que implica también la ocupación temporal de una zona de servidumbre para la realización de la obra.

En entornos no urbanos, este tipo de obra produce una pérdida de suelo productivo, tanto a lo largo de la zanja como en la zona de servidumbre, alteraciones directas a las especies animales, y modificación del paisaje al eliminar la cubierta vegetal, por lo que supone mayor impacto en el medio que las líneas aéreas, además de las dificultades técnicas y el aumento del tiempo y del coste de ejecución.