Un campo electromagnético es una zona donde existen campos eléctricos y magnéticos, creados por las cargas eléctricas y su movimiento, respectivamente. Los campos electromagnéticos se forman por el movimiento de cargas eléctricas y nuestro organismo está habituado a convivir con ellos. Las instalaciones eléctricas generan campos electromagnéticos de frecuencia extremadamente baja (50 Hz ó 60 Hz) por lo que transmiten muy poca energía.
¿Sabías qué las líneas eléctricas generan campos electromagnéticos de una frecuencia extremadamente baja (50 Hz)?. De hecho, el campo electromagnético de los tendidos en alta tensión es menor que la de electrodomésticos de uso común como la televisión, el móvil o el microondas.
Los niveles que genera Red Eléctrica se mantienen por debajo de los recomendados por el Consejo de la Unión Europea gracias a las medidas preventivas que se aplican en el diseño de las instalaciones.
Las mediciones realizadas en las instalaciones de Red Eléctrica proporcionan valores máximos (en el punto más cercano desde el suelo a los conductores) que oscilan entre 3-5 kV/m para el campo eléctrico y 1-15 µT para el campo magnético en las líneas a 400 kV. Además, la intensidad de campo disminuye muy rápidamente a medida que aumenta la distancia a los conductores: a 30 metros de distancia los niveles de campo eléctrico y magnético oscilan entre 0,2-2,0 kV/m y 0,1-3,0 µT respectivamente, siendo habitualmente inferiores a 0,2 kV/m y 0,3 µT a partir de 100 metros de distancia.
En el caso de las líneas a 220 kV estos valores son inferiores, registrándose en el punto más cercano a los conductores valores entre 1-3 kV/m para el campo eléctrico y 1-6 µT para el campo magnético. A 30 metros de distancia los niveles de campo eléctrico y magnético oscilan entre 0,1-0,5 kV/m y 0,1-1,5 µT, siendo generalmente inferiores a 0,1 kV/m y 0,2 µT a partir de 100 metros de distancia.
La preocupación por la salud humana y los factores que pueden influir en ella han hecho que desde los años 60, y sobre todo desde finales de los 70, se hayan llevado a cabo multitud de estudios sobre si los campos eléctricos y magnéticos generados por las instalaciones eléctricas suponen algún tipo de riesgo para la salud.
Las investigaciones sobre los efectos biológicos de los campos electromagnéticos han generado más de 25.000 artículos científicos (según datos de la Organización Mundial de la Salud) lo que posiblemente les convierte en el agente más estudiado de la historia. Estos estudios se han desarrollado principalmente en dos ámbitos: epidemiológico y biofísico.
Aspectos epidemiológicos
La epidemiología estudia, aplicando métodos estadísticos, si existe algún tipo de asociación entre un determinado agente y una enfermedad: se compara la incidencia de la enfermedad en grupos de personas expuestas al agente y grupos de personas no expuestas.
Los estudios epidemiológicos realizados durante los últimos años concluyen de forma categórica que los campos eléctricos y magnéticos generados por las líneas eléctricas de alta tensión no suponen un riesgo para la salud pública; en particular, no incrementan el riesgo de ningún tipo de cáncer.
Aspectos biofísicos
A pesar de los exhaustivos estudios llevados a cabo no se ha descubierto un mecanismo biofísico de interacción que pudiera explicar cómo unos campos de tan baja frecuencia e intensidad como los generados por las instalaciones eléctricas podrían producir efectos nocivos a largo plazo (enfermedades) en los seres vivos.
Los únicos efectos conocidos y comprobados de los campos eléctricos y magnéticos de frecuencia industrial son los efectos a corto plazo, que van desde simples molestias como cosquilleos en la piel o chispazos al tocar un objeto expuesto hasta contracciones musculares; aunque siempre con niveles de campo muy superiores a los generados por las instalaciones eléctricas.
En cuanto a las posibles afecciones a la salud, la experimentación biológica en el laboratorio, ya sea in vitro exponiendo células y tejidos en cultivo a la acción de los campos o in vivo sobre organismos completos, ha descartado también la relación con el proceso carcinogénico, respuesta inmunitaria, fertilidad, reproducción y desarrollo, alteraciones del sistema cardiovascular, comportamiento, estrés, etc.
En definitiva, se puede afirmar rotundamente que los campos electromagnéticos de frecuencia industrial no dañan de forma directa el material genético de las células (ADN) y por tanto, no producen malformaciones o cáncer.
Para prevenir los posibles efectos a corto plazo, varias agencias nacionales e internacionales han elaborado normativas de exposición a campos eléctricos y magnéticos. Actualmente la normativa internacional más extendida es la promulgada por la Comisión Internacional para la Protección contra la Radiación No Ionizante (ICNIRP), organismo vinculado a la Organización Mundial de la Salud.
La Unión Europea, siguiendo el consejo del Comité Científico Director, se basó en ICNIRP para elaborar la Recomendación del Consejo Europeo relativa a la exposición del público en general a campos electromagnéticos (0 Hz a 300 GHz), 1999/519/CE, publicada en el Diario Oficial de las Comunidades Europeas en julio de 1999. Su objetivo es únicamente prevenir los efectos agudos (a corto plazo) producidos por la inducción de corrientes eléctricas en el interior del organismo, puesto que no existe evidencia científica de que los campos electromagnéticos estén relacionados con enfermedad alguna.
Tras establecer diversos factores de seguridad, el Consejo de la Unión Europea recomienda como restricción básica para el público, limitar la densidad de corriente eléctrica inducida a 2 mA/m2 en sitios donde pueda permanecer bastante tiempo, y calcula de forma teórica unos niveles de referencia para el campo electromagnético de 50 Hz: 5 kV/m para el campo eléctrico y 100 µT para el campo magnético. Si el nivel de campo medido no supera este nivel de referencia se cumple la restricción básica y, por lo tanto, la recomendación; sin embargo, si se supera el nivel de referencia entonces se debe evaluar si se supera la restricción básica.
Conclusiones de organismos científicos:
Actualmente la comunidad científica internacional está de acuerdo en que la exposición a los campos eléctricos y magnéticos de frecuencia industrial generados por las instalaciones eléctricas de alta tensión no supone un riesgo para la salud pública. Así lo han expresado numerosos organismos científicos de reconocido prestigio en los últimos años; entre ellos cabe destacar:
El Comité Científico Director de la Comisión Europea, organismo científico neutral e independiente, declaró en junio de 1998 que "... la literatura disponible no proporciona suficiente evidencia para concluir que existan efectos a largo plazo como consecuencia de la exposición a campos electromagnéticos.".
Para nuestro país es de especial relevancia el informe técnico "Campos electromagnéticos y salud pública", elaborado por un comité de expertos reunidos por el Ministerio de Sanidad y Consumo y publicado en julio de 2001. En dicho informe se llega a la siguiente conclusión:
"No puede afirmarse que la exposición a campos electromagnéticos dentro de los límites establecidos en la Recomendación del Consejo Europeo (1999/519/CE)... produzca efectos adversos para la salud humana. Por tanto, el Comité concluye que el cumplimiento de la citada recomendación es suficiente para garantizar la protección de la población"
La política de Red Eléctrica consiste en cumplir con la normativa internacional existente y no entra a discutir los resultados de los cientos de estudios que anualmente se publican, puesto que ninguno de los organismos científicos de reconocido prestigio que se han pronunciado a este respecto en los últimos años ha considerado necesario modificar sus conclusiones a la luz de los mismos. Además, Red Eléctrica realiza una labor de análisis y seguimiento constante de los estudios científicos, las publicaciones, normativas extranjeras y novedades que sobre los campos eléctricos y magnéticos de frecuencia industrial aparecen a nivel mundial.
Red Eléctrica elabora y promueve publicaciones dedicadas específicamente a los campos eléctricos y magnéticos, con el fin de informar regularmente sobre el estado de los conocimientos en este tema. Las publicaciones más recientes son:
Existen numerosas referencias científicas sobre los posibles efectos biológicos de los campos eléctricos y magnéticos de frecuencia industrial generados por las líneas eléctricas, entre los que se cuentan informes, recopilaciones, revisiones científicas o libros divulgativos así como otras páginas web con información sobre los efectos de los campos eléctricos y magnéticos generados por líneas eléctricas.
Entre todas estas referencias podemos destacar la siguiente bibliografía de consulta, ordenada por orden cronológico:
Enlaces a otras páginas web de instituciones y organismos científicos con información sobre los efectos de los campos eléctricos y magnéticos generados por las líneas eléctricas:
Evaluación del potencial cancerígeno de los campos eléctricos y magnéticos estáticos y de muy baja frecuencia.
La web creada por el Colegio Oficial de Físicos de España incluye una sección de campos electromagnéticos de frecuencia industrial
ICNIRP elaboró en 1998, tras estudiar toda la documentación disponible, una guía de exposición a campos electromagnéticos de 0 Hz a 300 GHz, en la que se basa la recomendación de la Unión Europea.
Informe "Campos electromagnéticos y salud pública", elaborado por un Grupo de Expertos Independientes.
Agencia federal dedicada a estudiar los problemas de salud relacionados con el medio ambiente. Es el encargado de dirigir el programa RAPID de investigación sobre campos electromagnéticos de frecuencia industrial auspiciado por el gobierno de Estados Unidos. La página web incluye información general, avances del programa e informes sobre el desarrollo de las actividades del programa.
Organismo independiente encargado de proteger al público y trabajadores de las radiaciones electromagnéticas. Incluye declaraciones, notas de prensa, noticias, cursos de formación, etc. sobre campos electromagnéticos.
Órgano científico del gobierno de Estados Unidos. Incluye el texto del informe "Possible health effects of exposure to residential electric and magnetic fields", elaborado por la Academia Nacional de las Ciencias por encargo del Congreso de Estados Unidos.
La O.M.S. puso en marcha en 1996 el EMF International Project para estudiar los efectos de los campos electromagnéticos de 0 Hz a 300 GHz; está previsto que finaliza en el año 2005. En su página web incluye noticias, informes, notas de prensa, anuncios de congresos e información sobre el desarrollo del proyecto.
Enlaces a empresas eléctricas
Organismo científico de la industria eléctrica de Estados Unidos. Información general y sobre su programa de investigación en este área.
Empresa que opera la red de transporte de energía eléctrica a muy alta tensión en Inglaterra y Gales. Página web con abundante información sobre los campos eléctricos y magnéticos de frecuencia industrial, dirigida tanto a los profesionales como al público en general.
Existen dos tipos de corriente eléctrica: continúa y alterna.
Corriente continua (CC) es la que fluye de un punto a otro siempre en el mismo sentido. Un ejemplo es la corriente que circula cuando se conecta un aparato a una pila eléctrica.
Corriente alterna (CA) es la que fluye de un punto a otro cambiando de sentido periódicamente con el tiempo. La frecuencia de este cambio es una magnitud característica que se expresa en ciclos por segundo o hercios (Hz): siendo 1 Hz = 1 ciclo por segundo. La frecuencia es fija para cada sistema eléctrico, pero puede variar de unos sistemas a otros. Por ejemplo, en Europa tiene un valor de 50 ciclos por segundo (50 Hz), mientras que en Estados Unidos y en Canadá tiene un valor de 60 Hz. En cualquier caso, sus valores siempre están dentro de lo que se denomina frecuencia extremadamente baja o frecuencia industrial.
Los sistemas eléctricos trabajan de manera general en corriente alterna, pero es cada vez más frecuente la inclusión en los mismos de conexiones en corriente continua concretas, fundamentalmente para conectar dos puntos distantes minimizando las pérdidas de energía. En estos casos son necesarias subestaciones conversoras para pasar de un tipo de corriente a la otra.
La corriente continua (DC, en inglés) genera campo estático, que es aquel que no varía en el tiempo. Existe un campo magnético natural estático debido, supuestamente, a las corrientes que circulan en el núcleo de la Tierra. La intensidad del campo magnético terrestre varía con la latitud: desde 25 μT en el ecuador magnético (30 μT en el geográfico) hasta aproximadamente 67 μT en los polos. En España el campo magnético estático natural está alrededor de 40 μT.
Algunas particularidades de los campos estáticos son: