- El ‘Manual para una comunidad energética rural’, disponible en la web de la compañía, contiene la información necesaria para diseñar y poner en marcha este tipo de iniciativas, como formas jurídicas, financiación y normas de funcionamiento
- “Gracias a las comunidades energéticas rurales, los habitantes de nuestros pueblos se sitúan en el centro de un mercado energético más democrático, sostenible e inclusivo”, expresa Beatriz Corredor
El Grupo Red Eléctrica, con el apoyo de la cooperativa Megara Energía, ha publicado un manual para ayudar a los municipios de la España rural a crear comunidades energéticas resolviendo las dudas de sus habitantes, ayuntamientos, pymes y resto de actores locales a la hora de poner en marcha este tipo de proyectos de producción y gestión participativa de energía renovable para autoconsumo colectivo.
El 'Manual para una comunidad energética rural', descargable en la web del Grupo, ofrece información útil y consejos prácticos para ampliar el conocimiento, las alianzas y los recursos necesarios para diseñar paso a paso y gestionar una comunidad energética. Entre otras cuestiones, explica las figuras jurídicas más adecuadas para constituirla, sus normas de funcionamiento y las diferentes alternativas de financiación.
“El medio rural es clave en una transición energética que pasa obligatoriamente por las energías renovables y por un mayor protagonismo ciudadano. Las comunidades energéticas son el marco apropiado para ello. Gracias a ellas, los habitantes de nuestros pueblos se sitúan en el centro de un mercado energético más democrático, sostenible e inclusivo; se convierten en actores en el acceso a la energía renovable; y construyen un ecosistema colaborativo entre territorios e iniciativas capaces de transformar e impactar positivamente desde lo local a lo global”, explica Beatriz Corredor, presidenta del Grupo Red Eléctrica.
En ese sentido, tal como sostiene el director general del IDAE, Joan Groizard, en la introducción del manual, “el impacto de las comunidades energéticas rurales trasciende el sector energético: combaten el cambio climático, reducen la pobreza energética y promueven mejoras sociales en la comunidad. Sin duda, suponen una figura relevante en el entorno rural, también por su capacidad para abordar el reto demográfico: no solo dinamizan la actividad local y generan empleo, sino que reducen la factura energética y promueven la generación renovable, contribuyendo a generar entornos limpios y competitivos y, así, fijar población. Están plenamente alineadas con el compromiso del Gobierno por la transición energética justa y la cohesión social y territorial”.
El manual visibiliza también diversas iniciativas existentes a lo largo y ancho del territorio español y que tienen como nexo común ser proyectos que fomentan las energías renovables para satisfacer las necesidades y expectativas de las generaciones presentes y futuras que decidan habitar el territorio rural, y que les permitirán dirigirse hacia mayores cotas de autoabastecimiento. Iniciativas muchas de ellas vinculadas a modos de vida y costumbres tradicionales en el uso del agua, de la biomasa, del sol y del viento.
Entre ellas, se presenta el caso de la asociación Hacendera solar de Castilfrío de la Sierra (Soria), la primera comunidad energética rural constituida en España. Promovida por Grupo Red Eléctrica, el ayuntamiento del municipio y la cooperativa Megara Energía, esta comunidad está cubriendo el 69,84% de la demanda eléctrica del consistorio y reduciendo su huella de carbono en 4,79 t de CO2 eq. al año. El ayuntamiento de Castilfrío ha ahorrado casi 3.500 euros (un 64,27% de su gasto eléctrico total) durante el primer año de explotación de la comunidad. La iniciativa tiene vocación de escalar a los 16 municipios de la mancomunidad de Tierras Altas.